Gracias a la Terapia he podido distinguir lo que es auténtico y sano para mí de lo que me sale de manera automática para sobrevivir. Los automatismos que aprendí de pequeña son muy astutos y se cuelan como arena entre los dedos, pero gracias a la terapia he podido ir afinando y darme cuenta de mis necesidades reales, lo que me ha llevado a una vida más plena y satisfactoria, que no quiere decir que sea más sencilla ni de color de rosa, claro. Pero sí, una vida más vívida, real y reponsable.

 Los  psicoterapeutas  que me he encontrado durante estos 19 años de andadura me ayudaro a encontrar mi esencia y sobre todo la confianza en mí misma y en la vida. Ahora, cuando acompaño, siento que es imprescindible una actitud de respeto, comprensión y aceptación, para que la persona pueda encontrar su propia brújula y llege a su sabiduría genuina a través de la entrega y la responsabilidad.