El pasado 12 de julio murió Claudio Naranjo. Él ha sido un Sabio, un gran Maestro. Hablara de lo que hablara daba gusto escucharle, por muchas razones, entre ellas por su presencia, conocimientos, por su recorrido personal y espiritual, por su generosidad… Un tema que abordaba a menudo era la muerte, en un artículo dice sobre el tema “…siempre me lo explicaba como voluntad de Dios, ¿quién soy yo para cuestionar cuánto debe durar una vida? Cuando murió Tótila Albert, mi mejor amigo, sentí eso: él ya hizo todo lo que tenía que hacer”(De la Paz, 2018, pp. 5)
Claudio ha tenido una vida plena y ha dado mucho a este mundo, ha creado el Programa SAT con la gran tarea de cambiar el mundo, yo no sé si cambiará el mundo, pero muchas vidas sí que ha cambiado y entre ellas, la mía.
Hace dos años Claudio me preguntó por qué me había cambiado la vida el trabajo del SAT, yo en ese momento no recuerdo que le contesté. Ahora que me he parado de nuevo en la pregunta, creo que me ha cambiado la vida porque he podido conectar conmigo, entender a los demás con mayor profundidad y confiar en la vida. Y esto es posible gracias a que la propuesta que nos ha ofrecido y que ha creado en el programa SAT es profunda, cuidada y exquisita. Creó un espacio donde he podido poner en práctica nuevas acciones, actitudes personales que eran nuevas para mí. Como un pequeño laboratorio seguro donde traspasar los límites de mis patrones automáticos del carácter para después llevarlo a la vida y a mi día a día.
Creo que la respuesta corta a la pregunta es que estoy más viva, que gracias a Claudio y a todo su equipo, incluyendo a mis maestros de la formación de la Escuela Madrileña Gestalt, que también aprendieron de él, soy lo que soy ahora; es decir, un poco menos lo que se supone que debo ser y un poco más de lo genuino que habita en mí, con más confianza en la vida y en mí misma.
Por eso, solo puedo decir GRACIAS Claudio, gracias por tu generosidad y entrega. GRACIAS por compartir tu sabiduría, tu amor a la música, tu valentía y tu respeto por lo genuino. GRACIAS.
Y no se me ocurre otra manera de honrarle y agradecerle que escuchando la Heroica de Beethoven. Que según Claudio, “… corresponde a la plenitud de uno que no solo ha renacido a la vida espiritual después de haberla perdido, sino que ha logrado integrar la percepción del espíritu a su vida en el mundo.” (2015, p. 188)
Y compartiendo la última sinfonía de Schubert, que según Claudio “Cuando Schubert compuso su última sinfonía, creo que no sólo había atravesado la experiencia de la muerte y se había encontrado a sí mismo, sino que había regresado al mundo cotidiano como quien regresa desde el más Allá.” (2015, p. 210)
Buen camino Claudio. Toda mi gratitud.
Referencias bibliográficas:
De la Paz, P. (2018, 12 de enero). Hoy no pierdo el tiempo porque vivo con la muerte al lado. La segunda. Edición digital. Recuperado de http://impresa.lasegunda.com/2018/01/12/A/D13AB0HR/2M3AB4EQ
Fundación Claudio Naranjo (s.f.) Programa SAT. Recuperado el 14 de julio de 2019 de www.programasat.com
Naranjo, C. (2015). La música interior. Hacia una hermenéutica de la expresión sonora. Barcelona: Ediciones La llave.