Con la llegada del frío invierno los animales empiezan sus periodos de hibernación y descanso para poder sobrevivir. Nosotros en esta época pasamos más tiempo refugiados en el calor de hogar, en familia y/o con amigos, sobre todo en los periodos festivos. La tradición se alía con el frío para juntarnos y despedir el año que acaba y celebrar el comienzo del año nuevo. Al refugiarnos todos juntos damos la posibilidad de activar las relaciones. Permitimos que reaparezcan los conflictos no resueltos, resurjan las dificultades personales, sentimientos y pensamientos apartados… Que en definitiva aparezca de nuevo la vida en nuestro interior, a veces placentera y otras veces no tanto, aunque todo vida al fin y al cabo.
Os invito a conectar con la sabiduría del cuerpo y el calor interno para poder saborear esta temporada de una manera más consciente y con mayor entrega.
¡Celebro y brindo por el calor de los encuentros! ¡Y por todo lo que nos permite descubrir el frío invierno!